viernes, 21 de agosto de 2009

En lo mas infinito que he pensado es en el poema

Buscamos el poema perfecto
El que nos salve del amor y de la muerte
Amparamos la nostalgia sobre el nombre propio
Y la mañana se parece a un gigante con las espaldas llenas de espanto
Aguardamos por los silencios de las brújulas
Y la noche talla las geografías en las estaciones del recuerdo
Alquilamos el sueño sin hacerlo soñar
Y acosados por la inconsistencia
Somos arena orillas de hombres
Sombras reformando sombras
Tumbas con nombres conocidos
Bebemos de las heridas
Los pactos los pedazos los himnos los mapas
Y el dolor circular de la memoria
Donde dejamos caer el rostro en el barro apretando las demolidas manos del reto
Anotamos en el vertical abismo de la palabra
En el verso apretado de la lengua santiamén
En las tientas del ojo del abandono
En el viaje de los huesos al amor
En el papel de los años hechos de humo
Y en el oficio de ser puente calle oscuridad bruma espejo polvo ceniza tiempo
La propia conjetura de correr a favor del amor y de la muerte
Buscamos el oficio del hombre al poema
Buscamos en el aire el poema esencial fundido y exacto quizás del viento
Buscamos en la noche el espiral de grises del poema
Buscamos el pardo verso y el animal salvaje que espanta el signo del nombre

Buscamos el poema perfecto
El que nos salve también de la vida.

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